sábado, 26 de noviembre de 2016

Yo fui fans de Fidel Castro

Por EBER HUEZO

Era un joven lleno de sueños y de deseos de un mundo mejor para mi país, el contexto político me favorecía, “alimentar el ideal de libertad
de la represión que ejercía el gobierno a través de su élite armada”. Grupos contrarios nos vendía el ideal de ser libres a través de la revolución mostrándonos la cara de Fidel Castro como icono de la revolución cubana y del mundo “ un paraíso terrenal para la clase trabajadora”.

Castro y su revolución no solo la había idealizado en la isla cubana sino en entre los países subdesarrollados el mundo que en ese entonces sufrían la represión de dictadores que a consta de acallar muchas vidas, trataban de eternizarse en el poder.
A través de el Che Guevara, Castro sembró la semilla de la revolución en tierra de injusticia y dominada por el militarismo. Su semilla germinó como un ideal romántico, alentando a jóvenes universitarios, campesinos, obreros y profesionales pertenecientes a la clase media siendo exitoso en países como Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Venezuela, Bolivia para mencionar algunos países latinoamericanos que hasta hoy lo idealizan.

Esta por demás mencionar los beneficios que la revolución de Castro llevó a Cuba: más educación y atención a la salud así como la Ley de Reforma Agraria, que proscribió el latifundio con la nacionalización de las propiedades de más de 402 hectáreas y entregó la tierra a decenas de miles de campesinos.

Cifras oficiales indican que en 1959 solo había aquí 25 mil titulados, faltaban escuelas para más de medio millón de niños, 10 mil maestros estaban sin trabajo; era casi inexistente la enseñanza media y un 30 por ciento de los cubanos no sabía leer ni escribir.

En la actualidad, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) reconoce que el 99,8 por ciento de los cubanos mayores de 15 años hoy saben leer y escribir.

El derecho al trabajo, a la salud, a la cultura y al deporte también se convirtieron en premisas para el gobierno cubano que se preocupó por eliminar los lastres heredados por Batista tales como la drogadicción, el crimen organizado, la prostitución y el abuso infantil.
Cifras oficiales indican, además, que la tasa de mortalidad infantil en el país se encuentra por debajo de cinco por cada mil nacidos vivos y la esperanza de vida es de 78 años.
En el orden interno, Cuba, actualmente con 11,2 millones de habitantes, también consiguió éxitos culturales y deportivos que la sitúan al nivel de los países desarrollados.

Obtuvo el segundo lugar en los Juegos Panamericanos Guadalajara-2011, con 58 medallas de oro, y defiende el acceso pleno a la cultura y al deporte en medio de importantes desafíos económicos, políticos y sociales. Pero por otro lado, para defensa de la revolución se creo un sistema que no permitió las libertades de la democracia tal como lo concebimos como la libre expresión y la libertad de ir donde queramos.

Se dice que unos dos millones cubanos viven en el extranjero y otro tanto desearía salir de la isla y no pueden.
En Cuba no hay libertad de expresión como lo conocemos en otras partes del mundo, si alguno se opone a las medidas gubernamentales son detenidos acusados actividades contra revolucionarias y pueden ser condenados a más de 25 años de cárcel.
Los medios de comunicación, tanto los periódicos como la radio y la televisión, son censuradas. Las noticias internacionales que se difunden son las que conviene al Estado cubano. Telerebelde, Cubavisión y Canal Educativo son los canales de la televisión cubana. Simplificado, el primero muestra documentales y programas culturales, el segundo noticias y películas y el tercero diferentes clases de matemática, química o lo que sea educativo. Para los cubanos está prohibido navegar por la red internet, pero sí hay la posibilidad de chatear y enviar correo electrónico en las oficinas de Correos de Cuba.

Está prohibido ser empresario para los cubanos. Solamente extranjeros pueden tener empresas y de esto disfruta las grandes cadenas de hoteles como el Sol Meliá, pero hay excepciones. El estado cubano permite que, en sus propias casas, los cubanos pueden dirigir empresas. Las opciones son un restuarante pequeño de doce sillas, que se llama un paladar, o alquilar habitaciones a turistas.

Algunos de sus detractores dicen que muchos cubanos piensan que Castro prometió libertades a los cubanos, pero los traicionó porque al calcar el modelo soviético de gobierno. Acabó con uno de los países más prósperos de América Latina y diezmó y dispersó a la clase empresarial, pulverizando el aparato productivo.

Tres generaciones de cubanos no han conocido otros gobernantes durante cincuenta y tantos años de partido único y terror. Extendió la educación pública y la salud, pero ese dato confirma el fracaso de un sistema con mucha gente educada y saludable incapaz de producir, hambrienta y entristecida por no poder vivir siquiera como clase media, lo que los precipita a las balsas.

Fusiló a miles de adversarios. Mantuvo en las cárceles a decenas de miles de presos políticos durante muchos años. Persiguió y acosó a los homosexuales, a los cultivadores del jazz o el rock, a los jóvenes de pelo largo, a quienes escuchaban emisoras extranjeras o leían libros prohibidos. Impuso un macho feroz y rural como estereotipo revolucionario. El 20% de la sociedad acabó exiliada.

Creó una sociedad coral dedicada públicamente a las alabanzas del Jefe y de su régimen. Por su enfermiza búsqueda de protagonismo, miles de soldados cubanos resultaron muertos en guerras y guerrillas extranjeras dedicadas a crear paraísos estalinistas o a destruir democracias como la uruguaya, la venezolana o la peruana de los años sesenta.

Carecía de escrúpulos políticos. Se alió a Corea del Norte y a la teocracia iraní. Apoyó la invasión soviética a Checoslovaquia. El 90% de su tiempo lo dedicó a jugar a la revolución planetaria.

Hoy muchos de nosotros hemos enviado muestras de solidaridad al pueblo cubano por la perdida de su líder revolucionario, muchos celebran su partida, otros se entristecen, lo cierto es que debemos idealizar lo bueno y desechar por completo sistemas que si bien nos dan de comer nos mantienen como pájaros enjaulados o animales de zoologico, alimetados, con buena salud, pero carentes de libertad.